Blog

  • Inicio
  • blog
  • La experiencia del turismo interno y ecológico
--PUBLICIDAD--
Blog

La experiencia del turismo interno y ecológico

Image

Por una gracia y por una desconocida fuerza telúrica sentimos una empatía especial por el lugar donde hemos nacido. Pero la ley de la vida es la movilidad y la migración de un lugar a otro. Continuamente estamos en movimiento y viajando por razones diversas (v.g., salud, trabajo, bodas, congresos científicos, etc.). Yo he tenido la dicha de viajar y visitar más de siete países, pero ninguno ha sido tan cautivamente y placentera como el turismo interno realizado por un llamado del alma y deseo infinito de exploración de la geografía de República Dominicana. La geografía del país donde nacemos la llevamos en el corazón, prendida en lo más hondo del alma.

Mis viajes más inolvidables han nacido de la necesidad de hacer turismo ecológico, pues es la mejor manera de enriquecer el espíritu, la imaginación y apreciar la magia des bordante de la naturaleza y la fuerza de la biodiversidad y las especies. Hay lugares en nuestro país que son paradisiacos, inspiradores, sorprendentes y con ambiente cálido y edénico; recuerdo mi primer a la costa de Barahona, Los Patos de San Rafael, el Polo Magnético; la sierra entrañable de Bahoruco con sus viñedos, sus noches estrelladas e inolvidables, y su aire frío al caer la noche, las Terrenas de Samaná, las playas de Río San Juan y Puerto Plata, Bávaro, Miches, San José de Oca, la floresta radiante de Jarabacoa, y aire embriagador y romántico de Constanza. La planicie verde y llamativa de Bonao y de otros lugares mágicos, tales como Vitra Trina, lugar montañoso al que me gusta subir rodando en mi bicicleta desde Moca. Otro lugar mágico es Río San Juan, un entorno paradisiaco, encantador y que está ubicado en la región norte de República Dominicana.

El turismo ecológico no solo cultiva el espíritu y la mente. También adquirimos conocimientos geográficos y, además, aprendemos a amar lo nuestro.

Conozco muchas actividades placenteras, pero ninguna como viajar a ciudades y lugares ignotos; pues el turismo interno rompe con la cotidianidad y ensancha nuestra condición de ser peregrinos en el mundo. Ensancha nuestra percepción, las zonas profundas de la memoria y nuestra sensibilidad como ciudadanos del mundo.

Más publicaciones de Fari Rosario

¿En qué te ayudo?

Newsletters